Bienvenidos una vez más al Primer Aniversario de Imperio Simio. Y continuamos nuestra conmemoración a todas las secciones que ha habido en Imperio Simio durante este largo e intenso año con una entrada especial de cada una de ellas y hoy le toca el turno a la gran sección FILOSOFANDO SIN TIEMPO, esa que nos ha mostrado los más filosóficos pensamientos del Señor Sin Tiempo, además de haber puesto nuestra mente patas arriba, y más que lo va a hacer con la entrada de hoy.
A lo largo de este año han sido 4 los temas que os hemos explicado en esta sección, 4 entradas un tanto complejas y enrevesadas pero que esperamos que hayáis entendido y que os hayan rayado la mente como le ocurre a todo el mundo que escucha detenidamente al Señor Sin Tiempo. Y ahora, como con el resto de secciones, vamos a recordar esas 4 magníficas entradas (podéis acceder a ellas pinchando encima):
Y después de esta recopilación de entradas, llega la entrada de hoy de FILOSOFANDO SIN TIEMPO, donde explicaremos como funciona nuestra mente y nuestro propio mundo, que perfectamente puede ser diferente al del resto, o podemos modificarlo sin necesidad de movernos.
"¿Es acaso todo lo que nuestros ojos ven cierto? ¿Dice nuestra mente siempre la verdad? Puede que sí, o puede que no. Todo lo que vemos no es más que una rápida interpretación de nuestra mente, que no tiene porqué ser idéntica a la realidad, de hecho puede que para cada uno de nosotros sea diferente. Un claro ejemplo de esto, es cuando escuchamos a alguien decir algo: si esa persona nos cae bien, afirmamos eso que está diciendo y lo convertimos en una idea nuestra; sin embargo si esa persona nos cae mal, no paramos de criticar ese acto hasta que alguien nos da la razón. Si esto ocurre en una conversación en la que un grupo de personas están a favor del hablante y otro grupo en contra, se genera una discusión, debido a que cada uno de los dos bandos ha interpretado el mismo mensaje de dos maneras totalmente opuestas.
Pues lo mismo sucede con el resto de cosas. Cada uno entiende el mundo de una manera diferente, y no solamente los acontecimientos en sí, si no el mundo físico. Esto hace que cada uno creemos nuestro mundo: un mundo forjado con nuestras propias ideas y con lo que vemos. Retomando el inicio de la entrada, decíamos que le que vemos es una interpretación rápida, mejor dicho efímera, de nuestro alrededor. Y en esa interpretación hay miles de errores y de cosas en las que no nos fijamos con detenimiento y dejamos pasar como si no existieran.
Otra pregunta acorde al tema que también nos podríamos hacer sería: ¿vemos todos lo mismo? A simple vista y sin entrar en mucha profundidad la respuesta sería que sí, ¿no? Pero si nos parásemos a pensar un poco y a complicar esta idea, podríamos llegar a la conclusión de que, como lo que vemos no es más que una interpretación efímera de nuestra mente, cada mente podría interpretar el mundo de una manera y con una coloración diferente.
Esta idea podría ser desechada rápidamente si pensáramos que todas las personas vemos el cielo azul, la hierba verde y la sangre roja; pero hay que tener en cuenta que es posible que para lo que una persona es el color azul para otra puede ser el color rojo, aunque como lo han estudiado con el mismo nombre, sus ideas coinciden. Nada que ver con el daltonismo, ya que la idea de que cada uno veamos el mundo de una coloración diferente significa que lo vemos así desde que nacemos, por lo que aprendemos los colores de la misma manera que el resto aunque para nosotros sean otros colores. Sin embargo los daltónicos ven los colores diferentes ya que cambian la coloración con la que aprendieron los colores.
Dejando este tema aparte, todos vivimos en un mundo diferente al de los demás, pese a que todos vivimos en el mismo planeta. Esto ocurre porque a cada uno de nosotros nos influyen las cosas de una manera y las percibimos de formas diferentes. De esta manera, cada uno de nosotros va forjando su propio mundo poniendo etiquetas a las cosas, a las personas y a las situaciones; y cada personas lo hace de manera diferente al resto sin valorar si es correcto o no. A esto también se le llaman prejuicios, y éstos son, al fin y al cabo, los motores de cada una de nuestras vidas.
Por otro lado, aunque cada uno forjemos nuestro mundo por nuestro lado, sin importarnos en muchas ocasiones las ideas de los demás, hay personas que son capaces de cambiar el mundo del resto. Esta idea no debe confundirse con que que alguien haga algo malo, como matar a su pareja, cambie las ideas del resto de personas sobre ese malhechor; si no que la idea de que hay personas que pueden cambiar el mundo del resto quiere decir que hay personas que tienen una superioridad sobre otras (líderes, famosos, políticos), que convencen al resto de personas para cambiar su mundo, psicológicamente hablando, pero también de manera física. Por ejemplo, alguien con mucha fama y poder sobre otras personas puede pedirlas que muevan una montaña, y esas personas podrán mover la montaña, es decir, la persona con poder, cambiará su mundo y el de sus seguidores."
Y hasta aquí esta maravillosa entrada conmemorativa de la gran sección FILOSOFANDO SIN TEIMPO. Esperamos que os haya gustado y que haya cambiado vuestra visión del mundo, porque si no es así, el Señor Sin Tiempo no parará hasta conseguirlo. Y recordad realizar la encuesta, poner comentarios, haceros seguidores, seguirnos en Facebook, Twitter e Instagram y compartirlo con vuestros amigos. Y nuestra gran frase final recientemente actualizada: PORQUE VAGINA VAGINA PEZÓN PEZÓN CABALLO MANATÍ.
"¿Es acaso todo lo que nuestros ojos ven cierto? ¿Dice nuestra mente siempre la verdad? Puede que sí, o puede que no. Todo lo que vemos no es más que una rápida interpretación de nuestra mente, que no tiene porqué ser idéntica a la realidad, de hecho puede que para cada uno de nosotros sea diferente. Un claro ejemplo de esto, es cuando escuchamos a alguien decir algo: si esa persona nos cae bien, afirmamos eso que está diciendo y lo convertimos en una idea nuestra; sin embargo si esa persona nos cae mal, no paramos de criticar ese acto hasta que alguien nos da la razón. Si esto ocurre en una conversación en la que un grupo de personas están a favor del hablante y otro grupo en contra, se genera una discusión, debido a que cada uno de los dos bandos ha interpretado el mismo mensaje de dos maneras totalmente opuestas.
Pues lo mismo sucede con el resto de cosas. Cada uno entiende el mundo de una manera diferente, y no solamente los acontecimientos en sí, si no el mundo físico. Esto hace que cada uno creemos nuestro mundo: un mundo forjado con nuestras propias ideas y con lo que vemos. Retomando el inicio de la entrada, decíamos que le que vemos es una interpretación rápida, mejor dicho efímera, de nuestro alrededor. Y en esa interpretación hay miles de errores y de cosas en las que no nos fijamos con detenimiento y dejamos pasar como si no existieran.
Otra pregunta acorde al tema que también nos podríamos hacer sería: ¿vemos todos lo mismo? A simple vista y sin entrar en mucha profundidad la respuesta sería que sí, ¿no? Pero si nos parásemos a pensar un poco y a complicar esta idea, podríamos llegar a la conclusión de que, como lo que vemos no es más que una interpretación efímera de nuestra mente, cada mente podría interpretar el mundo de una manera y con una coloración diferente.
Esta idea podría ser desechada rápidamente si pensáramos que todas las personas vemos el cielo azul, la hierba verde y la sangre roja; pero hay que tener en cuenta que es posible que para lo que una persona es el color azul para otra puede ser el color rojo, aunque como lo han estudiado con el mismo nombre, sus ideas coinciden. Nada que ver con el daltonismo, ya que la idea de que cada uno veamos el mundo de una coloración diferente significa que lo vemos así desde que nacemos, por lo que aprendemos los colores de la misma manera que el resto aunque para nosotros sean otros colores. Sin embargo los daltónicos ven los colores diferentes ya que cambian la coloración con la que aprendieron los colores.
Dejando este tema aparte, todos vivimos en un mundo diferente al de los demás, pese a que todos vivimos en el mismo planeta. Esto ocurre porque a cada uno de nosotros nos influyen las cosas de una manera y las percibimos de formas diferentes. De esta manera, cada uno de nosotros va forjando su propio mundo poniendo etiquetas a las cosas, a las personas y a las situaciones; y cada personas lo hace de manera diferente al resto sin valorar si es correcto o no. A esto también se le llaman prejuicios, y éstos son, al fin y al cabo, los motores de cada una de nuestras vidas.
Por otro lado, aunque cada uno forjemos nuestro mundo por nuestro lado, sin importarnos en muchas ocasiones las ideas de los demás, hay personas que son capaces de cambiar el mundo del resto. Esta idea no debe confundirse con que que alguien haga algo malo, como matar a su pareja, cambie las ideas del resto de personas sobre ese malhechor; si no que la idea de que hay personas que pueden cambiar el mundo del resto quiere decir que hay personas que tienen una superioridad sobre otras (líderes, famosos, políticos), que convencen al resto de personas para cambiar su mundo, psicológicamente hablando, pero también de manera física. Por ejemplo, alguien con mucha fama y poder sobre otras personas puede pedirlas que muevan una montaña, y esas personas podrán mover la montaña, es decir, la persona con poder, cambiará su mundo y el de sus seguidores."
Y hasta aquí esta maravillosa entrada conmemorativa de la gran sección FILOSOFANDO SIN TEIMPO. Esperamos que os haya gustado y que haya cambiado vuestra visión del mundo, porque si no es así, el Señor Sin Tiempo no parará hasta conseguirlo. Y recordad realizar la encuesta, poner comentarios, haceros seguidores, seguirnos en Facebook, Twitter e Instagram y compartirlo con vuestros amigos. Y nuestra gran frase final recientemente actualizada: PORQUE VAGINA VAGINA PEZÓN PEZÓN CABALLO MANATÍ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario