Bienvenidos a una nueva entrada de Imperio Simio, la más emotiva que hayáis visto hasta ahora. Ya han pasado más de 8 meses desde que este blog publicó su primera entrada, pero hasta ahora nunca habíamos escrito algo tan sorprendente y emotivo. Esperamos que disfrutéis de esta entrada.
Todo empezó hace casi 4 años. Ninguno sabíamos lo que aquel miércoles 14 de septiembre del 2011 iba a influir en nuestras vidas. Todos nosotros estábamos asustados de que cambios podrían hacer en las clases, quién podría sentarse a nuestro lado o si estaríamos con alguno de nuestros amigos de primaria. Eran las 12:15 y todos habíamos quedado con nuestras antiguas clases para subir juntos. El reloj dio las 12:30 y nuestros nervios aumentaban conforme se movían las manecillas del reloj. Subimos a las clases. Cada uno buscábamos como locos nuestro nombre en las listas para sentarnos lo antes posible en nuestra nueva clase. Poco a poco fuimos entrando uno a uno, temerosos, sin ni tan siquiera conocer más que a dos o tres personas de las 28 que éramos. Cuando estuvimos todos sentados Cristina empezó a hablar y a presentarse. Prácticamente ninguno la escuchábamos, sino que estábamos hablando de los demás con nuestros pequeños grupos. Así pasamos nuestra primera hora y media de la ESO, por la que daríamos cualquier cosa para volver.
Al día siguiente fuimos de excursión al Parque Juan Carlos I. Allí cada uno volvimos a nuestras clases de primaria, olvidándonos por completo de nuestra nueva clase. Durante aquel año vivimos miles de momentos que nos unieron en mayor o menor medida, pero que fueron únicos e irrepetibles para cualquiera de nosotros, momentos como el periódico de Manuel, el maravilloso cuarto oscuro, el incontable número de partes que sumaban Ignacio y Manuel y muchos más. Aquel año de los 28 que éramos nos dejaron 3 personas que siempre recordaremos: Dani Ormaechea, Dani de Paz y Manuel, pero entraron dos personas que ni siquiera conocíamos de vista y que hoy siguen siendo un gran pilar de este grupo: Ignacio y Helena. Y así terminamos primero de la ESO, siendo una piña a la que le faltaba mucho por madurar, pero al menos la semilla ya estaba plantada y tan sólo quedaba que germinara.
Tras un largo verano aterrizamos el 12 de septiembre del 2012 en un nuevo curso: 2° de la ESO. Quedamos en los pequeños grupos que se habían formado el curso anterior para subir todos juntos. Cuando llegamos al tercer piso empezamos a buscar como locos nuestra nueva clase. Nos tocó en la clase del fondo y nuestra cara fue un auténtico cuadro cuando vimos a nuestro nuevo tutor: David Vale. Entramos en la clase y nos encontramos a nuestro nuevo compañero, Miguel. Nos sentamos por orden de lista aún sin saber que ése iba a ser el mejor de los tres años que íbamos a estar juntos. Durante aquel año disfrutamos a lo grande todos juntos, sin darnos cuenta que poco a poco nos íbamos acercando cada vez más los unos a los otros. Vivimos momentos que se quedarán grabados en nuestra mente para siempre: el vídeo de música que hicimos con Isabel, las constantes caídas de Mario, "Helecho" de conseguir aquel buen rollo, nuestro inicio en los grupos de 4 y muchos más que siempre estarán ahí. Durante aquel año nos unimos como grupo: creamos nuestro grupo de Whatsapp, empezamos a quedar todos los viernes, surgieron nuevas amistades y relaciones, comenzaron los primeros enfados... Aquel año realizamos la excursión a la Casa de Campo con Paco y Belén. Aquella excursión nos sirvió para afianzar aún más el buen grupo que éramos y que seguimos siendo. El curso se acababa y con ello nuestras ganas de seguir juntos al año siguiente crecían. El 24 de junio realizamos aquella desastrosa quedada al Parque de Atracciones, que nos sirvió para darnos cuenta de la mala fecha que habíamos escogido. Así terminó otro año más que sacó de nuestra clase a otras tres personas: Ana, Edu e Ignacio. Aunque algunas personas tuvieron que marcharse el grupo estaba más fuerte que nunca.
Después del verano llegamos a 3° de la ESO. Aquel día quedamos todos para subir, ya éramos un grupo inseparable que iba junto a cualquier parte. Subimos al cuarto piso y ahí estaba nuestra nueva clase con Herman esperándonos. Además aquel año hubo dos nuevas incorporaciones a la clase: Arturo y Luis, dos personas que harían que alguien se despegara poco a poco del grupo hasta hacerla desaparecer. Aquella primera hora y media de nuestro nuevo curso fue una auténtica lucha por "no pillarse por el nuevo". Todas daban palmas al verle. Para ellas era el guapo que la clase necesitaba, pero la flor se acabó marchitando. Durante aquel año disfrutamos de muchos momentos juntos: la abundancia de ácido que existía en el mundo de la docencia y un intenso amor por la fauna marina en especial de la sepia. También durante aquel año fuimos partícipes de miles de discusiones: lagartas por doquier, la brecha que generó la cachimba... Pero sin lugar a dudas lo que realmente marcó aquel último año que estaríamos juntos fue Nantes. Margaux, Raphael, Malo, Margerite, Hippolyte, Mattieu, Lorenzo, Martha y Mathilde fueron algunos de nuestros compañeros, los cuales nos hicieron vivir dos semanas maravillosas que nos sirvieron como una alegre despedida. Pero como todo lo bueno se acaba, aquel año teníamos que separarnos definitivamente, ya no había nada que nos pudiera hacer seguir juntos. Aquellos tres años habían volado delante de nuestras narices y nos iban a hacer separarnos. Así fue como el 16 de junio del 2014 nos separamos definitivamente en nuestro último día de clase juntos.
Pero nuestro espíritu aún no se había apagado y el 10 de septiembre volvimos a quedar todos para revivir todo lo que habíamos pasado y afrontar este año separados. Durante este año hemos pasado muchos momentos con nuestras nuevas clases, pero como todo agua vuelve a su cauce, Horsham 2015 hizo que recuperáramos la esencia de 3°C y volviéramos a unirnos de nuevo. Ella, Issy, Romy, Bobby, Maddie, Lanie, Charlotte e Immie han sido algunas de las inglesas que tanto han significado para nosotros durante dos semanas este maravilloso curso, dos semanas que nos volvieron a unir en el buen grupo que éramos, el que nos convirtió en los "frikis" del colegio.
El 19 de junio de 2015 nos graduamos de la ESO y esto significa que el año que viene nos va a tocar separarnos y que puede que no volvamos a vernos jamás, pero espero que nunca olvidéis lo que han sido para vosotros estos 4 años que han llegado, después de tanto tiempo, a su fin.